Esta escultura destaca el trabajo de estofado, que da a los tejidos la apariencia de estar bordados.
Esta escultura de la Virgen de Dolores data del siglo XVIII, es de autor anónimo y presenta las características de las tallas y estofados de las esculturas guatemaltecas.
Tiene el rostro al frente con la vista un poco alta y los dedos de sus manos entrelazados en actitud orante; el manto presenta pliegues abundantes y profundos, destaca el trabajo de estofado que consiste en dar a los tejidos de los lienzos la apariencia de estar bordados
Para la implementación de esta técnica se utilizó en Guatemala la laminilla de oro, plata, esgrafiados, chinescos, un sonados, picados, aplicación de textura, pintura directamente sobre la superficie y oleos para representar flores y follajes.