Las obras de Juan Correa se conocen por su brillo y colorido; sin embargo en Jesús predominan los tonos grises y la calma.
Juan Correa es uno de los tres pintores más sobresalientes del barco novo-hispánico. Nació en 1646 y estuvo activo desde principios del último cuarto del siglo XVII hasta 1716 el año de su muerte.
Aunque su pintura se reconoce por el brillo y el colorido intenso de sus obras, en esta composición predomina los tonos grises, la calma así como la expresión tranquila de Jesús. El personaje rompe el hieratismo general de la compasión con un leve contrapposto, es decir en actitud de dar el paso; tiene el rostro vuelto en tres cuartos de perfil hacia derecha con la vista baja, viste túnica y capa de color gris con pliegues casi verticales.
Hacia el lado derecho se aprecia la silueta oscura de un árbol y el fondo con un paisaje difuso que se esfuma hasta confundirse con el cielo, la unida fuente de luz la constituye el rompimiento del cielo y la aureola en torno a su cabeza, la obra esta firmada en el ángulo inferior izquierdo.