Entre los vestigios de lítica monumentales de Mesoamérica existen los altares, una estructura creada para realizar ritos y ofrendas dedicadas a las diversas deidades. Se utilizaban para llevar a cabo ceremonias y sacrificios.
Los altares se colocaban en lugares sagrados, como templos, pirámides, cuevas o cenotes y el tamaño y forma varía; algunos son rocas de gran tamaño con forma circular, mientras que otros son más complejos, con escalinatas, nichos o relieves. Estos monumentos usualmente están hechos con piedra caliza o basalto cubiertos con estuco y decorados con motivos geométricos, símbolos y figuras de animales, personas o plantas. A menudo estaban dedicados a un gobernante, eventos importantes, a deidades o sacerdotes de alto rango.