Nuestros ancestros estaban estrechamente conectados con la religión. Se caracterizaban por la veneración a varios dioses, pero principalmente por el respeto a la memoria de los antepasados.
Sus expresiones espirituales incluían realizar ceremonias donde quemaban incienso y copal, una resina aromática de origen vegetal que se encuentra en una etapa de endurecimiento. El humo y el aroma que provoca formaban parte imprescindible para las ceremonias, pues evocaba a épocas pasadas y permitía entablar una línea de comunicación con los ancestros. Por esta razón la presencia de incensarios y sahumerios en sitios sagrados es abundante. Están hechos con una diversidad de formas y tamaños, como los que verás de esta sala.
En su mayoría están hechos de cerámica, decorados con diferentes motivos y colores. Usualmente, están hechos de dos partes o tienen una apertura para quemar el copal. El humo era entonces expulsado por pequeñas chimeneas o agujeros hechos durante su fabricación.