Debemos hacer énfasis en los dotes de los antiguos artistas, con un talento único al tallar, moldear, esculpir o cincelar un material para crear una forma con volumen y acabados estilizados en cada una de sus obras.

Este trono es una muestra de esa destreza. Fue tallado a finales del siglo VIII por encargo del gobernante K’inich Yat Ahk II para enaltecer su poder al frente del reino de Yokib, antiguo nombre de la ciudad de Piedras Negras.

Era el punto focal de la habitación central en uno de los palacios de aquella ciudad. Fue destruído intencionalmente, probablemente por enemigos durante una batalla, algo que es posible ver en otros monumentos.

El respaldo representa el rostro del “monstruo de la montaña”, conocido como Witz’ y de sus ojos emergen dos bustos que se cree representan a los padres de K’inich Yat Ahk II. La banqueta y los soportes exhiben inscripciones con glifos, que narran acontecimientos históricos entre los que destacan la fundación de la ciudad y el destino de los dos últimos soberanos de la majestuosa ciudad del Usumacinta.