El descubrimiento de América en 1492 y el arribo de Pedro de Alvarado a Guatemala en 1524, cambió el rumbo del país, pues propició el intercambio artístico y cultural de las distintas tendencias ideológicas europeas, como los estilos renacentista, barroco y neoclásico.
Durante la época colonial hubo inicios de arte sacro para evangelizar en Centroamérica, donde se desarrolló la pintura y escultura en la ciudad de Santiago de los Caballeros.