En el corazón de la Ciudad de Guatemala, de dónde surgen los caminos que recorren todo el territorio nacional, se resguarda una de las edificaciones más importantes del país, el Museo Palacio Nacional de la Cultura.
A setenta y ocho años de su inauguración, el 10 de noviembre de 1943, este edificio se convirtió en uno de los más emblemáticos por ser la primera construcción antisísmica del país.
¿Sabías qué?
Existen 221 relojes en sus pasillos, importados de Suiza.Siguiendo las instrucciones del entonces presidente Jorge Ubico, se convocaron a los mejores artistas y edificadores chapines de la época. Bajo la supervisión de Arturo Bickford, el edificio fue diseñado por Rafael Pérez de León, Luis Ángel Rodas y Enrique Riera.
Su estilo es una mezcla de arquitectura colonial guatemalteca con influencia neoclásica y francesa. Diseñado simétricamente a partir de una estructura central, del cual se desprenden dos cuerpos laterales de tres niveles y un patio central en cada uno.
¿Sabías qué?
La lámpara principal pesa 2.5 toneladas, tiene 14 metros de diámetro y 143 focos.
Actualmente funciona como museo que realiza diversas actividades a lo largo del año y es sede de importantes actos protocolarios y de acción del Gobierno, de carácter nacional e internacional.
Por su valor histórico, arquitectónico y artístico en 1996 fue declarado Monumento Histórico, reflejando la importancia que este edificio posee hasta el día de hoy, símbolo de toda una época en la historia social y política guatemalteca.
Cualquier interesado en adentrarse a este espacio de arte e historia puede recorrer de manera virtual y así ver los detalles de esta joya arquitectónica. Para realizar el recorrido virtual puede ingresar a https://mcd.gob.gt/cultura360/
Datos curiosos
Se realizó entre enero de 1939 y el 10 de noviembre de 1943. ¡Todo un récord para la época!
El Palacio tiene una altura de 30 metros y abarca un área de 8,890 mt2, que equivale a poco más de una cancha deportiva.
Al centro del Salón Banderas del Palacio Nacional empieza el kilometraje de toda la República. No te preocupes, no es tan lejos de donde nos lees.
Para darle un color verde a todos los muros, sin recurrir a la pintura, se utilizó cemento mezclado con sulfato de cobre.