El origen de este tipo de chuchitos es atribuido al pueblo Maya Kaqchikel. Esta receta, con toque quetzalteco, se diferencia de los chuchitos tradicionales en que se utiliza maíz salpor, considerado de la mejor calidad por su tono de blancura.
Agregue sal a la masa, siete onzas de manteca de cerdo, mezcle y amase hasta que obtenga una consistencia uniforme. Corte el pollo en trocitos.
Para hacer el recado, lave y cueza en agua los tomates, miltomates, chiles, la cebolla, los chiles junto con la pimienta y los clavos de olor.
Cuando los ingredientes del recado estén cocidos, muélalos o licúelos hasta formar una salsa espesa y sazónela con sal.
Las tusas debe lavarlas y sumergirlas en agua caliente, después escúrralas, séquelas y estarán listas para empezar a envolver.
Para darle forma a sus chuchitos, haga con la masa una bolita y posteriormente tortee. Cuando haya hecho la tortilla ponga un trocito de pollo al centro con el recado y cierre la tortilla cuidando que el recado y la carne quede al centro.
Envuelva el chuchito con la tusa y amárrelo por los bordes superiores. Para amarrarlo puede deshebrar una tusa y con ella hacer sus amarradores.
En una olla coloque una base de tusas y sobre ella los chuchitos, agregue agua que cubra ¾ de la olla, tape la olla y póngala al fuego. Deje hervir por una hora y sus chuchitos estarán listos.
Sirva los chuchitos sobre un plato y agrégueles encima un poco del recado. Si lo desea puede espolvorear queso.