Un claro ejemplo de lo que puede considerarse sincretismo culinario. Una combinación de la
tradicional preparación de recados prehispánicos. Similar a la chanfaina, por su recado y forma de
preparación; en la chanfaina se excluye la cabeza del cerdo y solo se agregan algunos menudos.
Limpie la cabeza del cerdo y póngala a cocinar junto con los pulmones y el hígado, en abundante agua. Agregue sal, la ramita de tomillo y las hojas de laurel. Deje hervir las carnes por lo menos una hora y media.
Cuando las carnes estén cocidas desprenda la piel del cráneo del cerdo y píquelo en cuadritos. Se sugiere desechar la nariz, los labios y las partes que considere no comestibles. Haga lo mismo con los pulmones y el hígado.
Por aparte, lave las verduras y quíteles las semillas a los chiles.
En una olla grande, ponga a cocer los tomates, los miltomates, los chiles, los tres ajos y media cebolla. Luego licue todos los ingredientes hasta obtener una salsa. Sazone con sal y pimienta.
Por aparte, tome dos tazas del caldillo donde coció la carne y licúelas con un trozo del hígado del cerdo. Agregue esta mezcla al recado más adelante.
Pique finamente una cebolla y media y los cebollines, y póngalos a freír con la manteca
de cerdo. Cuando la cebolla esté cristalizada agregue el recado pasándolo por un colador y sofría por cinco minutos.
Agregue al recado un poco del caldillo donde cocinó las carnes. Después añada las carnes y deje hervir. Luego, añada las carnes y cuando empiece a hervir agregue el caldillo que licuó previamente con la harina y el hígado y mueva para que no se formen grumos. Cocínelo durante 10 minutos más.