Es un sabor tradicional y generacional de la cultura Maya Itzá. Es la sazón ancestral que caracteriza la conmemoración del Día de Todos los Santos. También se ofrece como ofrenda a los muertos en algunos municipios.
Primero debe remojar la canela y el maíz negro, al menos, durante un día para que se suavice. Una vez suaves, retire el agua y agregue el anís. Muela en la licuadora estos tres ingredientes hasta formar una masa.
Disuelva la masa en los 5 litros de agua y, posteriormente, cuélela tres veces. La primera vez, en un colador normal y las otras dos veces, con una tela limpia.
Una vez colado el líquido, se pone al fuego hasta llevarlo a ebullición.
Revuelva constantemente para evitar que se formen grumos o que se pegue el atol a la olla.
Déjelo hervir durante 10 minutos y sírvalo.
En San José, Petén, se acostumbra a acompañarlo de los bollitos peteneros.