A través de la cacería los mayas agregaron carne animal a su dieta. A la llegada de
los conquistadores las poblaciones originarias ya consumían algunos animales y
aves. De la panza de las reses surge uno de los platillos tradicionales de la cocina
guatemalteca que sigue alegrando el paladar nacional.
Cocine la panza con agua y sal durante 30 minutos. Al estar cocida, sáquela y córtela en tiras o cuadros y reserve.
En un comal o una sartén, ase los tomates, el chile pimiento, la cebolla, el chile guaque y el chile pasa. Luego llévelos a una licuadora hasta obtener un recado fino.
Pele las papas y pártalas en trozos medianos.
En un recipiente grande agregue el caldo, las tiras de panza, la salsa y las papas, y añada el laurel y el tomillo. Deje hervir durante 20 minutos a fuego medio, rectifique la sazón con sal.
Unas tortillas y arroz bastan para este festín de sabores.