Un postre que se disfruta cada 1 de noviembre, Día de los Santos Difuntos, se acostumbra llevar a los cementerios donde las familias lo degustan junto con otros platillos de la época en las tumbas donde yacen sus seres queridos. Por lo mismo, a estos postres o dulces se les conoce como «cabecera» los más esperados y disfrutados
Este plato se sirve frío, por lo tanto, todos sus ingredientes deben enfriarse antes de
integrarlos.
Dejar los piloyes en remojo (en agua limpia) una noche antes. Desechar el agua y pasar a una olla grande para cocerlos hasta que estén suaves al tacto. Al terminar, apartar el
agua de la cocción y enfriar.
Por aparte, cocinar el pollo, los chorizos y longanizas, luego picar en rodajas medianas y se desmenuza el pollo. Dejar enfriar las carnes.
En un recipiente grande mezclar todos los ingredientes: el piloy escurrido, pollo desmenuzado, chorizos y longanizas en rodajas.
Caldillo: Licuar dos tazas de caldo de pollo, una taza de agua de la cocción de piloy, una taza de vinagre, 1/4 de taza de perejil, cebolla, dientes de ajo, dos cucharadas de mostaza, y por último, agregar un toque de sal preparada con tomillo y laurel.
Integrar a los demás ingredientes hasta que estén bien mezclados.
Poner los huevos a cocinar por separado en una olla con agua por 15 minutos, hasta que estén en su punto. Cuando estén fríos, cortar en rodajas, al igual que la cebolla, luego picar en trozos finos el resto del perejil
La decoración ideal es el huevo duro en rodajas, perejil picado, queso duro y aros de cebolla.