Estos tamalitos son una tradición en la gastronomía de Lanquín, Alta Verapaz. Lo
particular de esta receta es el uso del achiote, un colorante natural que se cosecha en
varias partes de Guatemala. Esta especia se obtiene de un árbol pequeño que da un fruto,
cuyas semillas son comestibles y se usan en algunos países como sustituto del azafrán
para sazonar y dar ese espectacular color a los alimentos.
En una olla cocinar la carne con agua y sal durante 40 minutos. Al estar cocida, retirar del fuego y dejar enfriar.
Desmenuzar la carne con los dedos. Disolver el achiote en agua por aparte y
verificar que no tenga grumos.
Agregar la mezcla del achiote a la carne, junto con sal y chile cobanero al gusto.
Integrar todos los ingredientes para que se sazonen.
Hacer tortillas con la masa y rellenarlas con la carne sazonada. Hacer un doblez en la tortilla y cerrarla por los bordes. Partir la hoja de maxán en pedazos y envolver los tamalitos.
En una olla colocar hojas de maxán al fondo para evitar que los tamalitos tengan
contacto directo con la olla y evitar que se peguen y puedan quemarse, colocar
los tamalitos en orden y seguido agregar cantidad de agua necesaria para la cocción. Dejar cocinar durante una hora.
Desenvuelva los tamalitos y colóquelos sobre un plato. Si desea puede colocar sobre ellos un poco de recado. Se sugiere acompañarlos con una taza de café guatemalteco.